Sí, para los/las que tengan dudas: ¡Sigo viva! (y coleando).
Han pasado meses de nuevos proyectos, de largas jornadas laborales, de una esquizofrenia multitaskwoman y un sinfín de cosas más. Pero en especial, y en lo que respecta al blog, un recolocarme en el sofá del feminismo. ¿A que me refiero con eso de “recolocarme”? pues a que después de andar unos pasitos por los derroteros feministas quería revisar que había en mi mochila y, sobretodo, ver hacía donde caminar para los futuros pasos…
¿Y qué os traigo hoy? O ¿Qué ha removido mi voz para salir de la ultratumba? Pues una lectura recomendada ( ofrecida/regalada por mi gurú Triny): “Devenir perra” de Itziar Ziga.
Una lectura que nos os dejará indiferente, que os incomodará y que os hará posicionaros… Un libro que os hará reír y que, de forma excepcional, os relatará los submundos clandestinos que oculta la heteronomatividad, el patriarcado y las “mujeres decentes”. Como decía May West: “las mujeres buenas van al cielo y las malas a todas partes”. Ahí, Itziar se mueve, en ese “todas partes” a veces prohibidos, otros blasfemados y muchas veces desprestigiados, pero por encima de todo, lugar de reunión de manadas perras y de vidas auténticas.
En resumen, me ha apasionado la introducción de Virginie Despentes y Beatriz Preciado (¡no tiene desperdicio!), pero me quedo con la lectura fresca y descarada de la Ziga, así como con estas frases:
“Ya nací en guerra con el orden patriarcal que amenazaba mi vida y la de todas las mujeres: solo podía ser feminista”
“la feminidad y las masculinidad son dos polos de adoctrinamiento masivo”
“siempre me definiré como feminista. Me da mucho morbo porque tiene tan mala fama como llamarse a una misma puta”
“como no se me dan bien las líneas rectas, me he perdido mucho para llegar a donde estoy”
Espero que esto os sirva como aperitivo y que ¡tengáis una gran entrada de año!
Salma and family