martes, 21 de diciembre de 2010

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!


Salma y sus gafas mágicas os desean:
¡Feliz Navidad y que el 2011 supere en energía y cosas buenas al 2010!



¡¡Y el año que viene volveremos con fuerzas renovadas!!

Seguimos en la lucha contra la violencia de género

viernes, 17 de diciembre de 2010

¡Dia mundial de las naranjas completas!


Y un día te ves repitiendo como un mantra: “Tengo que encontrar a mi media naranja”. Uf!  Esa es señal de cómo has entrado en un bucle en el que no quieres responsabilizarte de tu felicidad y la pones en mano de un ser maravilloso que llegará caído del cielo… ups! Pero el mito de la media naranja se olvidó de decirnos dos cosas:
1.       No hay seres maravillosos que caigan del cielo (como mucho te cae otro regalito del cielo pero no es en forma de amor).

2.       ¿Por que buscar una media naranja? Yo me siento naranja entera y hay días que busco una naranja, otras una pera y si me apuras hasta hay días que busco una chirimoya, vamos! Y hasta hay días que pasaría de la frutería y me daba una vuelta por el ultramarino…
POR TODO ELLO…¡¡Reivindiquemos el día mundial internacional de las NARANJAS COMPLETAS!!
dedicado a todas las naranjas completas orgullosas de serlo

jueves, 16 de diciembre de 2010

La falta de libertad también es una forma de violéncia...


Interesante trabajo de GenderHarcker sobre el transgenero y las imagenes de ello en el cine... curioso que encontremos mayor libertad de expresión e imágenes más festivas en los inicios del cine que en estos momentos...

Look!: http://www.youtube.com/watch?v=vPyA-yaBd70


Más info en la web de el artista...


¡Sigamos poníendonos las gafas de Salma!

lunes, 13 de diciembre de 2010

Dos técnicos de una ambulancia abusan de una extranjera ebria

Esta semana se ha celebrado el juicio por los dos técnicos sanitarios que en el 2008 abusaron de una chica que transportaban hacía el hospital. Para los que no conozcan la noticia tenéis el link adjunto.
No deja de sorprender el acto en sí de estos dos sujetos, no solo por lo que sucedió dentro de la ambulancia, sino también por la reacción posterior de ir enseñando las fotos de su fechoría/triunfo ( dependiendo del prisma con el que se mire: el machismo  es capaz de justifica hechos injustificables).
Actos como estos no deben quedar impunes. Es indignante como usuaria del sistema sanitario, como enferma, como persona en situación de vulnerabilidad y como mujer.  ¡No solo somos un cuerpo atomizado en dos pechos y una vagina! Algo tan obvio parece que puede brillar por su ausencia en momentos determinados… Este es un acto puntual y por ello lo hemos de visibilizar, para que no se repita.
Notícia: http://www.cadenaser.com/espana/articulo/detenidos-sanitarios-abusar-joven-coma/csrcsrpor/20081001csrcsrnac_1/Tes

viernes, 10 de diciembre de 2010

La literatura y sus hombres... por Lucia Etxebarria.

ARTICULO DE LUCIA ETXEBARRIA SOBRE GARCÍA MARQUEZ

Argumento de una novela: Un periodista ochentón verifica, entristecido, que su potencia sexual ya no es la que era. Cosas de la edad. Llama entonces a su proxeneta de confianza, aquel que le proporciona – a él y a media ciudad – los mejores Chaperos, y le pide que le busque un jovencito al que nadie haya tocado. El proxeneta le llama unos días después: ha localizado a un magrebí de barriada obrera, de catorce años, virgen con garantía, cuya familia está de acuerdo en vender los favores del chaval porque el padre está en paro desde tiempo inmemorial. La noche acordada, el proxeneta le proporciona una droga al chico para tranquilizarlo y favorecer los avances del anciano pero con tan mala fortuna que el chico, agotado tras una jornada particularmente dura – pues a pesar de su corta edad ya trabaja ilegalmente en una fábrica – se queda tan profundamente dormido como para hacer imposible su desfloración.
El viejo permanece toda la noche contemplándolo, extasiado con su belleza y cuando vuelve a casa el ochentón lleva tal calentón encima que, ante la visión de la dérriere de su secretario, que está agachado recogiendo unos papeles, no puede contenerse y le viola. Luego, le arroja unos billetes a modo de compensación.
Si este libro se publicara en España, el escándalo sería mayúsculo, del tipo del que le cayó encima a Arthur C Clarke en 1998, cuando The Mirror le acusó de ser un pedófilo. O sin ir más lejos, mi amiga Lola Beccaria tuvo que oír de todo a propósito de la publicación de su novela ” Una mujer desnuda”, en la que se narran las relaciones de una prepúber con un amigo de su padre.
Pero resulta que cuando sale al mercado un libro con el mismo argumento, el mismo, pero con la sutil diferencia de que el putero es un señor heterosexual y la niña vendida y la criada violada (analmente por cierto) dos mujeres, nos encontramos entonces con “una admirable historia de amor… una estupenda metáfora de la sociedad donde todos caben con suficiencias o exageraciones, una novelita-joya que contiene sabias frases de prosa brillante, desbordante, donde la pasión tardía se enseñorea en el corazón del viejo”, en palabras de la crítica. Toma ya. Botón de muestra que describe al aluvión de reseñas favorables que se ha desbordado por los suplementos culturales españoles, unánimes en su admiración. Sí, me estoy refiriendo a la última novela de García Márquez, al que, como Premio Nobel, se supone que debemos respeto. Premio Nobel de la Paz fue también Henry Kissinger, responsable directo del golpe de Estado Militar contra Allende y de toda las dictaduras (incluidas las que falsamente se disfrazan de democracias) que campean hoy en América Latina.
¿Les he convencido con este ejemplo del androcentrismo imperante en la critica literaria? Pues daré otro: En cada entrevista, cada una, que he hecho de entre las más o menos veinticinco a propósito de la edición francesa de mi libro “Una historia de amor como otra cualquiera” me han hecho la misma pregunta: ¿Por qué sus protagonistas son mujeres? Estoy por ver que alguien le pregunte a Houllebeq o a Beigbeder la cuestión inversa. Y no se lo preguntan porque, pese a que las mujeres seamos mayoría en el mundo ( 53% de la población), a día de hoy lo masculino es la norma y lo femenino es la desviación, y por eso resulta tan extraño que se escriba sobre mujeres.
Podría escribir sobre muchísimas escritoras injustamente olvidadas o no reconocidas en su valía: Ángela Figueras Aymerich, María Teresa León, Rosa Chacel… Podría hablar de una conversación con la hija de Carmen Laforet en la que ella me confirmó lo que yo ya sospechaba: que su madre había dejado de escribir incapaz de soportar la presión y las críticas (algo parecido me pasó a mí, que me planteé muy en serio abandonar el oficio después de la reacción que suscitó mi segunda novela, Beatriz y los cuerpos celestes).
Podría escribir de Ana María Matute, que sufrió los embates de una censura feroz que le impidió ejercer su escritura en libertad. Podría hablar de cómo El País, el supuesto diario “progresista español”, publicó, para cerrar el último número del siglo veinte de su suplemento cultural, un artículo titulado ” Los mejores escritores españoles del siglo” en el que no se incluía a una sola mujer…
Y entre tanto mientras todo el mundo se rasga las vestiduras al hablar de páginas de pedofilia en Internet, el Nobel, sus editores y su agente se llenan los bolsillos de plata, y en este país se oculta el triste hecho de que el 75% de los hombres que pegan a sus mujeres abusan también de sus hijas, y la sociedad bienpensante cierra los ojos al pasar por la calle de la Cruz, por la Montera, o por la casa de Campo, donde muchas menores de edad se ven obligadas a vender su cuerpo para lucrar a las mafias que las explotan, porque vivimos en un mundo plagado de millones de putas tristes que no lo son porque les da la gana, sino, precisamente, porque una cultura machista, perpetuada por la literatura, por los textos escolares, por el cine, por la publicidad, por la tradición, ha enseñado y sigue enseñando a los varones que la explotación y el maltrato a la mujer no solo es un hecho permisible, sino romántico. Como también enseña que la mujer deseable es aquella mujer bella que no habla, que solo nos escucha, y jamás nos contradice y, por lo tanto, si se pasa la vida dormida, tanto mejor, porque ya se sabe que, desde siempre, a los hombres nos gusta cuando callamos, porque estamos como ausentes y porque calladitas estamos más monas, y que el amor, según mucha literatura, no es un intercambio adulto y consensuado en el que cada cual da y recibe, sino una relación de dominación en la que una parte de la pareja se somete totalmente a la otra.
¡Lucía, por favor, es solo ficción!, dirán algunos. Pero cito a Florence Thomas cuando escribe: “El lenguaje es el fundamento de la reproducción del sexismo; es un aparato de construcción y de representación de la realidad y por consiguiente de la acción sobre ella por medio de elaboraciones simbólicas. A través de él internalizamos ideas, imágenes, modelos sociales y concepciones de lo femenino y de lo masculino, entre otras..” En cristiano: que de lo que se lee, se aprende, y que la única forma de cambiar la sociedad pasa por intentar transformar los modelos de representación que reproducen las estructuras dominantes.
En un país como Colombia, en el que casi 40.000 menores de edad practican (y no libremente) la prostitución, según estimaciones más que fiables de la DAS y la Interpol, y en el que todas las fuentes coinciden en afirmar que el ingreso de niños y niñas a la prostitución es cada día mayor y las edades de vinculación cada vez más tempranas, ¿no podría haber aprovechado el Premio Nóbel la plataforma que le ofrecen su fama y su prestigio para ayudar a luchar contra semejante lacra en lugar de idealizarla y glorificarla? Y cuando media España protesta unánimemente contra los casos de prostitución infantil de Barcelona ¿no es hipocresía que nadie, en ninguno de los medios mal llamados suplementos culturales de este país se haya atrevido a alzar el gallo para decir que García Márquez puede escribir mejor o peor, pero que lo que ha escrito se llama apología de la explotación infantil y de la violación, y que como tal debe leerse, y nunca como historia de amor?
Me gustaría que este artículo se fuera pasando en red a todos los colectivos feministas, o a las listas de correos. En el hecho de que todos los suplementos “culturales” españoles han puesto la novela por las nubes. Si admitimos en hipótesis que sí, que cada cual puede escribir lo que le dé la gana dado que todo se puede hacer desde la ficción -o eso dice la crítica- y que lo importa es la belleza de la obra, y que por eso García Márquez tiene derecho a escribir sobre lo que a él le guste, al menos tengamos en cuenta que lo que no se puede hacer, desde la crítica, es llamar “historia de amor” a una relación de abuso, porque eso SI que es hacer apología, o no advertir que el protagonista de este libro en ningún momento se cuestiona la legitimidad de comprar los favores sexuales de una menor y de drogarla para que los realice, ni de violar asnalmente a una criada que depende del violador para su sustento. Combatamos al machismo institucional desde la red, que es lo único que nos queda.

Lucía Etxebarría