¡Buenos días gente del mundo mundial!
Primero de todo decir que las participantes del Concurso (todas) habéis ganado el premio, ¡que menos! Siento no haberlo dinamizado más y haber estado encima, el mundo laboral me ha secuestrado los últimos meses, pero ya veo la luz al final del túnel. Empezaré a preparar los diferentes modelos y os enviaré un mail con ellos para que elijáis el que más o gusta. GRACIAS POR VUESTROS MARAVILLOSOS COMENTARIOS!
Por otro lado, comentar que no he tenido tiempo de escribir estos meses, pero que eso no quiere decir que no hubiesen motivos para hacerlo. Más de una vez he pensado y prometido (para luego no cumplir) que iba a comentar tal hecho o tal noticia… han sido tantas que ahora no sabría ni citarlas por encima. Pero la realidad es, que en los últimos tiempos estamos viviendo una campaña de desprestigio hacia la mujer en los medios de comunicación realmente tremenda. Tremenda a la vez que oculta, ya que no se está haciendo de forma abierta, sino de forma sutil y continua. Es el momento, como decía Rosa Cobo en el curso de Historia de la Teoría Feminista celebrado recientemente en la UB, de dejar de separarnos entre los diversos feminismo y unirnos por una misma causa. Es decir, frenar debates sobre que feminismo es mejor o que es lo que lo diferencia, para ofrecer propuestas sociales tan necesarias en estos tiempos.
Parece que en estos tiempos, los derechos se pueden vulnerar con una facilidad pasmosa. Y esto incluye de forma aún más significativa los derechos de las mujeres. ¿a qué viene ahora cuestionar la ley del aborto? ¿a qué viene ahora entrar con el tema del aborto de las jóvenes y acabar penalizando el de las mujeres adultas? ¿qué es eso de violencia estructural en el aborto cuando hay múltiples, ¡infinitas!, violencias estructurales mucho más graves que esta? Dejemos de condenar a las víctimas y volvamos a coger como referente los derechos humanos, así como nuestros derechos como ciudadanas. Y no ciudadanas de segunda, sino ciudadanas de primera que es lo que somos y deberíamos ser. Parece que en nombre de una crisis se están filtrando en el mismo saco otras cuestiones que no tienen nada que ver en este tema, pero que en momentos de ruido social ya va bien colar. ¡BASTA YA DE HABLAR EN NOMBRE DE NOSOTRAS! Y ¡BASTA YA DE QUITARNOS DERECHOS QUE MUCHAS OTRAS (Y SEGURO QUE HABÍAN OTROS) LOGRARON! Si seguimos en este retroceso social, no me extrañaría nada que se volviera a cuestionar si las mujeres pueden votar o conducir, porqué no nos engañemos, no es cuestión de alarmismo, ESTAMOS EN ESE CAMINO.
Volviendo a citar a la inagotable fuente dialógica de Rosa Cobo, estamos en un momento de la historia en la que las mujeres, algunas por lo menos, nos atrevemos a decir NO a los hombres y a los contratos, entre ellos el sexual, que “regularizan” el patriarcado. Mujeres del mundo, seguid ese horizonte, un paso atrás de una es un paso atrás de todas. No opto por una sociedad sin hombres, soy del feminismo inclusivo, pero si opto por una igualdad REAL de derechos y eso se logra gracias a una simetría de relaciones. Ese NO, simboliza eso. Simboliza la igualdad en la que una opinión vale tanto como la otra.
No divago más y os dejo con la frase: ¡SOMOS MALAS! ¡Pero podemos ser peores! Y prometo, esta vez, volver antes a escribir en el mundo salmaniense...
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
Abrazos varios y energía mucha!!
Salma and Co.
