Hoy os dejo en muy buena compañía, en manos de la madrina oficial de Salma… Gracias Noe por ponerte las gafas y compartir la experiencia con todos/as nosotros y nosotras…
Estaba en Ciutat Meridiana, en mi trabajo, participando como espectadora de un encuentro de experiencias juveniles a través del baile y la canción. Había motivado mi asistencia el conocer el proyecto que unas educadoras que habían realizado con un grupito de jóvenes. Habían promovido un baile y una canción de hip-hop para fomentar el valor de respeto en las relaciones interpersonales. Rápidamente pensé que si Salma viera esta experiencia seguramente querría formar parte del grupo. Lástima que aún le quedaran unos añitos para crecer. Sin embargo, luego recapacité: Salma sería crítica y querría ir más allá, no quedándose solo en esta experiencia.
La confluencia se dio entre dos grupos profundamente interculturales. Lo realmente impactante fue ver el contraste de valores entre el primer grupo conformado espontáneamente por las y los propios jóvenes, y el segundo grupo, comentado anteriormente, promocionado desde los y las educadoras.
Mientras observaba al primer grupo especulaba. Salma estaría maravillada de ver el empoderamiento que los cuerpos, las miradas, las palabras finales de confianza y autoestima derrochaban los dos primeros grupos. No olvidemos que la participación social se considera un eje clave en la salud de todas y todos, y hasta hace unas pocas semanas el colectivo juvenil no se caracterizaba por su defensa de la autorganización y la participación. Por tanto, que un grupo de jóvenes se organizara para construir un proyecto conjuntamente, los hacía brillar de autoestima. Sin embargo, Salma se habría indignado al ver como un proyecto común tan motivador, quedaba dañado por la fuerza con la que los estereotipos y roles de género impregnaban las canciones, el movimiento de los cuerpos y la situación diferenciada en el espacio de chicas y chicos. Las chicas movían pelo, pechos y caderas, ofrecían miradas penetrantes y exhibían ropas estrechas, cortas y escotadas, captando la atención del público, recibiendo a cambio gritos que ponían de manifiesto su concepción como objeto sexual. Los chicos simplemente controlaban el baile, fuertes, serios y con movimientos claramente distantes a los femeninos.
Con la llegada del segundo grupo continuaba imaginando. La indignación de Salma seguramente habría quedado apaciguada por el tremendo significado de la segunda exhibición. La letra, los movimientos y la distribución en el espacio defendían la importancia del saber decir y comprender un No; la concepción de que controlen tus actos es violencia; la importancia de la presencia en el baile de relaciones homosexuales; y un amplio conglomerado de movimientos, palabras y vestimentas que defendían las relaciones interpersonales de respecto, con el eje de género como fundamento. Todo ello se estaba llevando a cabo en una sala con murales y cajas con frases que pretendían generar la reflexión y el debate entre los y las jóvenes asistentes, para aclarar términos como acoso, violencia, entre otros. El baile y la canción habían sido construidos entre educadoras y jóvenes, y exhibido por los y las propias jóvenes, lo cual multiplicaba la fuerza de difusión del mensaje. No olvidemos que si el mensaje se difunde entre iguales gana efectividad. Sus miradas demostraban la fuerza del que sabe que este transformando un mensaje a contracorriente. No obstante la emoción de Salma no le habría llevado a olvidar que en ese proyecto los y las jóvenes no tenían el mismo grado de implicación que en el anterior. Ellas y ellos no habían construido el grupo, ni el sentido del mismo, y por eso no derrochaban en sus miradas el orgullo de un proyecto propio. Como tampoco mostraban la seguridad del que conoce y siente que esta siendo totalmente valorado por el público juvenil.
Finalmente acabé convencida de que tras un periodo de reflexión, Salma no habría dudado en construir la alternativa con lo positivo de las dos experiencias. Habría hablado y motivado a sus amigas y amigos para formar un grupo juvenil alzando desde el principio los valores y el discurso que impregnarían los bailes, las canciones, el teatro, las pinturas, y todo lo que se podrían imaginar construir.
Fui caminando hasta casa pensando que mi papel sería recordarle a Salma que la construcción y consolidación de alternativas es lenta, cansada, a la vez que te llena de vida e ilusión cada día.
Es normal que el grupo de jóvenes reproduzca estos estereotipos... no hay más que encender la tele o fijarse en la publicidad para ver que lo único que hacen es reflejar lo que les está llegando.
ResponderEliminarMucho por hacer, seguid así Salma & co. y algún día se notará el cambio!
bicos!
C.
jajaja, gracias Cris!! bueno, Salma pobre tampoco tiene super poderes, pero si un batallón que cada día es más grande y se mueve como una marea silenciosa pero eficaz...
ResponderEliminarEs tremendo lo de la TV, tengo que hacer una entrada con las series de Disney Chanel... con mi mini-yo( useasé mi sobrina Alicia) a veces comentamos cosas que aparecen y creo que ahí está la clave, pueden ver casi de todo pero siempre y cuando se desarrolle un espíritu crítico... cuesta, pero es la llave...
BICOS!!!
Vanessa